Sabes que formas parte de una sociedad automatizada, donde se tiende a premiar la autoexigencia, el control, la competitividad, los resultados, la multitarea y las jornadas de trabajo interminables. Te exijo que no te exijas tanto y te pido que te quieras mucho más.
Si no estás todo el día sin parar, durmiendo pocas horas y yendo como un/a zombie de un lado a otro, parece que no eres una persona altamente efectiva. Además en cuanto sientes que no vas al compás con el resto, aprietas aún más el acelerador para dar la talla y estar a la altura de las expectativas propias y ajenas.
Te exijo que no te exijas tanto
Hacer el esfuerzo de adaptarte a un ritmo de vida enloquecedor, sin parar a pensar, a sentir, a reflexionar, a conectar, es una declaración de guerra contra tu propio bienestar físico, mental, emocional y espiritual.
Y probablemente, aunque leas estas líneas, no vas a parar hasta que no te salte la alerta de enfermedad o algo fuerte y potente que te haga abrir los ojos y despertar.
Y ahora bien, dentro de esta rutina que llamamos vida ¿Cómo vas a estudiar una oposición? Déjame decirte que en modo supervivencia no es posible preparar con éxito los exámenes para obtener una plaza.
Por ello, te propongo que pares, respires y que trabajes en un cambio de percepción. Sé que será difícil, pero no imposible. Convéncete que será un tiempo invertido y no perdido. Deja de exigirte, no hagas más cosas, haz menos pero siendo más productiva, feliz y eligiendo siempre vivir y no sobrevivir.
Dedica tiempo de calidad, reúnete contigo misma 10 minutos al día. Se trata de desconectar para conectar, descubrir, enfocar y vivir con tu ritmo, con tus reglas y con autocuidado máximo.
Se trata de escribir tu día a día, salirse del automatismo y vivir una vida elegida, con propósito. Sé flexible contigo, sé amable pero también firme. Deja de ser victima de las circunstancias, para coger el timón de tu día a día.
Se trata de poner tu inteligencia, tu mente, al servicio de lo que quieres obtener en tu vida. Se trata de estar en silencio y desde ahí decidir. Si tu no estas bien, nada de tu alrededor va a estar bien.
Deja de vivir en la angustia del resultado aun no alcanzado, en el miedo de “ voy a suspender”. Está bien fijarse metas, es lo que te ayudará a no perderte por el camino, a tener un propósito y una ilusión para levantarte cada día. La meta representa el faro que ilumina y no tu valía personal, por eso te exijo que no te exijas tanto
Tu eres mucho más que una meta o un resultado
Aprovecha esta perspectiva para preparar tu oposición, enamorándote del proceso y olvidándote del resultado.
Centrarte en tu trabajo, eso hará que construyas confianza en ti misma , que te trates bien, que trabajes con inteligencia y por tanto que aumentes tus probabilidades de éxito. Así, sea lo que sea como termines, siempre habrás ganado, la plaza deseada, los aprendizajes o la experiencia acumulada.
Haz que el proceso de preparación no sea una cadena perpetua, sino una oportunidad de aprendizaje, de adquirir disciplina, de entrenarte en el esfuerzo, de saber decir que no , de saber organizarte y ser más productiva, de conocerte y conocer a los demás.
Es una oportunidad para amarte, crecer y aprender a sentir el miedo y no temblar en soledad. Es una manera de reinventarte, saber lo que quieres y lo que no, de mirarte, de apreciarte, de valorarte. De enfadarte, de bloquearte, de caerte, de cansarte, de perdonarte. De saber que puedes, de ilusionarte, de abrirte a vivirlo todo, de experimentarlo, de ser y hacer lo que tú quieras.
Siéntete merecedora de todo lo mejor. No vivimos a la altura de nuestras capacidades, sino en función de nuestras creencias y nuestros miedos. Sinceramente, pienso que hay más opositoras con miedo a brillar que a fracasar. Es algo natural en el ser humano.
Así, nos lo hacía saber Nelson Mandela, después de 27 años en la cárcel y ser elegido en 1994 presidente electo de Sudáfrica, compartió con el mundo entero uno de sus poemas favoritos, escrito por Marianne Williamson:
“Nuestro temor más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro temor más profundo es que somos excesivamente poderosos. Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, la que nos atemoriza. Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para ser brillante, magnífico, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿Quién eres para no serlo? Infravalorándote no ayudas al mundo. No hay nada de instructivo en encogerse para que otras personas no se sientan inseguras cerca de ti. Esta grandeza de espíritu no se encuentra solo en algunos de nosotros; está en todos. Y al permitir que brille nuestra propia luz, de forma tácita estamos dando a los demás permiso para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, automáticamente nuestra presencia libera a otros”
Sé valiente y prepárate la oposición de forma diferente.
Uno de los mayores temores del ser humano es diferenciarse del resto y no ser aceptado. Esto paraliza el progreso por el miedo que genera no encajar con la opinión de la mayoría. También nos boicoteamos cuando escogemos un camino simplemente porque por ahí transita la gran mayoría.
Mira las alternativas que hay a tu alrededor, qué herramientas, técnicas, materiales, personas te pueden servir de apoyo para que vivas la oposición con ganas y motivación, y no de la manera tradicional, de la forma que se ha hecho siempre o como lo hace todo el mundo.
Este es mi sentir, si te ha llegado, es porque algo en ti ha resonado. Mira a ver qué es y si te puede guiar hacia tus objetivos y metas.
La revolución en las oposiciones empieza ya, siempre que elijas liderar, empoderarte y triunfar, siendo consciente de que sacar la plaza es un resultado y que el proceso de preparación es tu mejor aliado.
Por ello, en Social Planet pensamos que “La oposición es la excusa perfecta para convertirte en tu mejor versión.”